jueves, abril 12

Un estudio sitúa a Azorín, Gabriel Miró y Miguel Hernández, entre los grandes autores del siglo XX

Artículo publicado en el diario "Información" de Alicante, el lunes 22 de diciembre del 2008. 

El trabajo de la Universidad Pompeu Fabra también incluye a Vargas Llosa y Juan Marsé en el selecto grupo de los 100 mejores escritores del siglo. El profesor Domingo Ródenas afirmó que la prosa mironiana convirtió "el lenguaje en un arte". 

La riqueza de la prosa y el estilo innovador y brillante de los escritores alicantinos sigue sin, por el momento, pasar desapercibido entre los grandes volúmenes e investigaciones de la crítica literaria. De hecho, un reciente estudio de la Universidad Pompeu Fabra ha incluido en el tomo de Cien escritores fundamentales de la literatura universal del siglo XX a los autores alicantinos José Martínez Ruiz "Azorín", Miguel Hernández y Gabriel Miró

La obra, coordinada por el profesor Domingo Ródenas, añade otros muchos escritores de renombre y de incuestionable legado literario como Mario Vargas Llosa (nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Alicante), Gabriel García Márquez, Buero Vallejo, Juan Marsé (premio de Cervantes 2008), Pablo Neruda, Rubén Darío o Borges

Sin embargo, como ocurre en este tipo de volúmenes, las ausencias prometen nuevas polémicas. Y, entre los descartados, se encuentran Vázquez Montalbán, Ramiro de Maeztu, José Hierro o León Felipe. "No barajé en ningún momento la posibilidad de incluir al alicantino Carlos Arniches debido a la obligación de excluir a otros dramaturgos como Alfonso Sastre o Fernando Arrabal", apuntó Domingo Ródenas. 

En este sentido, el profesor de la Pompeu Fabra Domingo Ródenas justificó la inclusión de Azorín porque "no sólo es representativo de la narrativa, el ensayo y la crítica literaria del cambio de siglo, sino que el conjunto de su obra es uno de los patrimonios más valiosos de las letras hispánicas contemporáneas". 

Además, Ródenas señaló que "sin Azorín hubiera sido imposible la regeneración de la prosa castellana que se produjo en las primeras dos décadas del siglo, el abandono del retoricismo y la pompa a favor de la precisión y la sobria elegancia. Sin él tampoco es concebible la metamorfosis de la novela, de sus estructuras y engranajes internos. Azorín supo desmantelar la envejecida novela realista y se atrevió a ensayar fórmulas de organización del relato basadas no en la reproducción fotográfica sino en la imaginación, los sueños o en la conciencia de los personaje". 

Por otro lado, sobre Gabriel Miró, Ródenas agregó que "la prosa mironiana es una de las más hermosas de todo el siglo, tal vez poco adecuada para una novela pero en ella es incuestionable que el lenguaje se hace arte".

El profesor Domingo Ródenas concluyó que la obra nace con un doble objetivo: "el de hacer balance de la literatura del siglo pasado ahora que vamos adquiriendo cierta distancia de observación y, al mismo tiempo, invitar a cualquier lector presente o futuro a curiosear el universo de un gran creador y especialista en su obra".

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