lunes, abril 2

El Congreso publica la obra que ahonda en la doble vida del Azorín político y cronista

Artículo publicado en el diario "Información" de Alicante, el 20 de diciembre del 2009. 

La investigación del politólogo alicantino José Ferrándiz Lozano, con la que obtuvo el Premio Extraordinario en su tesis doctoral, prueba la renovación del género periodístico realizada por el escritor de Monóvar. FOTO: ANAIS SÁNCHEZ. 


El género literario por excelencia en el siglo XX ha sido el periodismo, como en el XIX lo fue la novela o el teatro en el XVI. El escritor de Monóvar José Martínez Ruiz, Azorín, centralizó buena parte de su vida en la literatura de los periódicos, deparando algunos de los libros y escritos más maravillosos que ha dado nuestra Literatura. Mario Vargas Llosa ya dijo en 1996 que "La Ruta de don Quijote de Azorín es uno de los más hechiceros libros que he leído. Aunque hubiera sido el único que escribió, él sólo bastaría para hacer de Azorín uno de los más elegantes artesanos de nuestra lengua". El libro recogía su recorrido por las olvidadas y míseras tierras de La Mancha, con una pistola que le proporcionó "por lo que pueda tronar" el director de El Imparcial.

La Ruta de Don Quijote, publicada en 1905, muestra con claridad cómo Azorín fue un precursor de las técnicas del Nuevo periodismo, que Tom Wolfe y los norteamericanos popularizaron en los años 60, especialmente con la salida al mercado de A sangre fría de Truman Capote.

Esta es una de las más firmes evidencias de cómo Azorín es un renovador de los géneros periodísticos, y a la que se acaba de sumar una prueba nueva con la investigación del escritor y politólogo alicantino José Ferrándiz Lozano con Azorín, testigo parlamentario, publicado por el Congreso de los Diputados en su colección Monografías. 

La obra, que recientemente ha salido a la venta, aborda la doble vida del Azorín político y periodista en el paréntesis temporal de 1902-1923, y su vinculación al Parlamento como cronista de Cortes y diputado en cinco ocasiones.

"Azorín es el gran renovador de la crónica parlamentaria. Porque hasta que él llega, los periódicos se limitan a dar extractos de los discursos que se pronunciaban, pero cuando llega Azorín, él inventa otro tipo de crónica y añade la imagen. Guía a los lectores sobre cómo visten los políticos, qué ocurre en el hemiciclo, cómo reaccionan los diputados e incluso empieza a informar de todas las cosas que oye en los pasillos",
apunta Ferrándiz Lozano.

Pero la doble barrera que simbolizan la vida periodística con la política pronto comienzan a descomponerse y, como agrega José Ferrándiz, el tono satírico o crítico de sus escritos se desvanece y el partidismo es cada vez más visible, sobre todo cuando Antonio Maura le introduce en el Congreso.

"Azorín siempre concibió el periodismo como un arma de influencia política. Intervino en escasas ocasiones como diputado, y siempre en temas menores, pero fue un intelectual de acción política que la ejerció desde el periodismo", afirma Ferrándiz, colaborador de INFORMACION y doctor en Ciencias Políticas y Sociología. 

La novedad de Azorín, testigo parlamentario, tesis doctoral del autor becada por el propio Congreso con la que obtuvo el Premio Extraordinario, es que no solamente se basa en el libro Parlamentarismo español de 1916 sino que estudia todo el corpus periodístico completo de la época, con más de 900 artículos en los que Azorín alude de algún modo a cuestiones parlamentarias.

Vargas Llosa dijo de estas crónicas que "Azorín convierte las sesiones en un espectáculo teatral inusitado, lleno de sorpresas y de gracia, de estupidez y de ternura, en una frase gentil a la que el lector asiste con indulgencia y buen humor. Cada crónica es un dechado de sabiduría narrativa, con repeticiones y precisiones efectistas que dejan imágenes muy vívidas en la memoria".

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